lunes, 29 de noviembre de 2010

Todos mis muertos


Mi nick es brasil no por el tiempo que vivi alli en el '77, ni por el cariño que le tengo a la cultura brasileña.

Mi nick es brasil por mi perro. Que vivió conmigo casi 11 años.

Que fue hiperestimulado cuando no teníamos chicos. Mi perro que adoptó a mis niños, yo diría que hastá más rapidamente que nosotros.

A los que no tengan o no simpaticen con los perros, les podrá parecer una pelotudez, pero yo les puedo asegurar que jamás me quisieron tanto y tan incondicionalmente. Nadie .Sin importar mis humores.

Venía jodido desde hace un tiempo, sus últimos dos años fueron cada vez correr menos y caminar peor. El jueves empezó a convulsionar

En la veterinaria lo que ya sabíamos, y nos veíamos venir. El viernes cavé un pozo para sus mermados 40 kgs, a la sombra de los eucaliptus centenarios de la entrada a casa.

El sábado a la mañana lo fui a ver. Estaba lúcido y sentado como un leon. Antes de verme o escucharme me olió y se largo a ladrar. Entré a saludarlo y como siempre me movió la cola. Intenté pararlo. Se tambaleó. Lo ayudé a acostarse de vuelta

Salí a firmarle la autorización a la veterinaria para volver a buscarlo una hora más tarde. Cuando entré a saludarlo por última vez se paró solo, bastante agil, y se quedó mirandome suplicante.

Llamé a la veterinaria, vino y me dijo :"ayer convulsiono 3 veces, tiene daño en la corteza cerebral, puede durar un poco más, pero pensá en su calidad de vida"

Fui a caminar y volví a buscarlo. Lo cargué en el auto. Desde ese momento comencé a llorar, abiertamente, a sollozos y gritos, como un hombre solo llora cuando es niño. Todo el viaje a casa. El tiempo de ponerlo en su hoyo y palear tierra. Lloré y lloré.

Y me ayudó a llorar por Koke, por Héctor, por Mandy, por Daniel, por César, por mi vieja y mi viejo. Lloré por todos mis muertos.

Así de pelotudo como suena.