domingo, 10 de abril de 2011

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Hacia rato que hablaban sin escucharse. El miraba como ella lo miraba fijo, y el miraba fijo como ella lo miraba. Ella se había torcido lentamente para quedar frente a el en esa vereda de San Telmo. En la niebla de miradas se escuchaban palabras de música, teatros de palabras, palabras de palabras que serían -en breve- palabras de amor. Sintió que perdía el privilegio que le daba su casi vejez. El primero fue un beso corto, suave. Sintió que ella se acercaba temblando y la besó por segunda vez, muy largo, muy húmedo, muy cálido. Sabiendo que ninguno que estuviera por venir seria como ese beso. Se miraron contentos los dos.
El le susurró "estoy jodido" y se rió... Hablaron y se besaron, y ella decidió que irian a su lugar y se levantó. El la siguió atrás, viendola. Viendo su juventud, solo de ella, tan obscenamente joven... Ella se alejaba en la multitud de la tarde. El no podía seguirla y comenzó a inquietarse.
La perdió de vista, pero siguió hasta el antiguo edificio que sabía era su casa, en planta baja, pero nada más... Entro al patio francés rodeado de locales, bares, pequeños ateliers y departamentos. Cientos de personas en la tarde se la habían arrebatado. Recordó un teléfono que llegó a verle esa tarde en su celular. Preguntaría a quien fuera por ella. Marcó. Sono una, dos, varias veces....

Desperto en su cama de siempre con el dolor en el costado que se le está haciendo costumbre. "Por un rato fui feliz", pensó... Y el número de telefono que repiquetea una y otra vez en su cabeza....

martes, 5 de abril de 2011

Sueños de Tramadol


Perra, un Impala verde, luego la perra se transforma en una hija que no es la mía, sino un bebé.

Una navidad festejada en un triste y pedorro restaurant tipo "La Farola" con compañeros de trabajo y familia, junto a esta hija (ex perra) que no es la mía...

Calles de almagro de noche en el Impala verde. Y mi "hija" que me la olvido una y otra vez...

Si hay algo que voy a extrañar de esta etapa es el Tramadol....

YA VAMOS SALIENDO...