viernes, 25 de abril de 2008

ASOPIRAM


El tipo recuerda. Sentado en ese elegante bar de Retiro, recuerda. Impecable traje oscuro, tiene pinta de lo que es. Toma su etiqueta negra apurando el vaso, y mira sin mirar a nadie

Recuerda cuando miraba todo. Recuerda cuando comprendia. Recuerda cuando compadecía. Cuando era solidario. Recuerda que pensaba –que por lo menos en ese sentido- siempre sería joven.

Sonrie amargamente. Murmura: “compañero, te estas convirtiendo en gusano”

miércoles, 16 de abril de 2008

Cadena

Paseando por el blog de la chica que se estira y se encoge (no me pidan links, no se hacerlos), leí un comentario de Bombon Asesino (me remito a mi anterior paréntesis) sobre una canción que le erizaba la piel. Inmediatamente un flash vino a mi cabeza: "Yo pisaré las calles nuevamente" de Milanés.
No se porque siempre me quebró la canción. Supongo que porque tenía 16 años en el golpe pinochetista. porque fueron las primeras marchas a las que fui. O simplemente por algunos compañeros en el Nacional que me trajo el exilio...
Sin embargo -por una loca sinápsis- mi cerebro se corrió hacia otro lado:

El breve espacio en que no estás
(Pablo Milanés)
Todavía quedan restos de humedad,
sus olores llenan ya mi soledad.
En la cama su silueta
se dibuja cual promesa
de llenar el breve espacio
en que no está.

Todavía yo no sé si volverá,
nadie sabe al día siguiente lo que hará.
Rompe todos mis esquemas,
no confiesa ni una pena,
no me pide nada a cambiode lo que da.

Suele ser violenta y tierna,
no habla de uniones eternas,
mas se entrega cual si hubiera
sólo un día para amar.
No comparte una reunión,
mas le gusta la canción
que comprometa su pensar.

Todavía no pregunté "¿te quedarás?".
Temo mucho a la respuesta de un "jamás".
La prefiero compartida
antes que vaciar mi vida.
No es perfecta, mas se acerca
a lo que yo, simplemente, soñé.
(1984)

¿Y a Uds.? ¿que los conmueve?

viernes, 11 de abril de 2008

Cuasi



Martín Caparrós
03.04.2008

Señora presidenta –¿o debería decir cuasi presidenta?–:


En estos días le debe escribir mucha gente. Se ve que con esto de que habla tanto hay quienes quieren contestarle y, claro, no es tan fácil. Así que disculpemé si la molesto. No era mi intención. Y le juro que yo al Padrino sólo lo he visto en la pantalla.La escuché con mucha atención esta semana y por momentos me confundieron algunas cosas que dijo, porque me pareció que también decía lo contrario: no entendí, por ejemplo, cuando habló mucho de la historia y los setentas y el golpe y los crímenes pero después dijo que no importa de dónde venimos sino hacia dónde vamos. O cuando dijo que el peronismo nunca había impulsado la lucha de los pobres contra los ricos y después no dijo qué hacía con una tal Eva Duarte. Y mejor no contarle cómo me enfurruño cuando la escucho hablar de los derechos humanos como si nadie o cuasi nadie más hubiera hecho nada, ni del simplismo de que no apoyar sus medidas equivalga a ser un golpista antipatria oligarca pampeano.


Pero lo que realmente me mató fue cuando dijo que el dibujo de Menchi Sábat era un "mensaje cuasi mafioso". Le juro que le di vueltas, señora: ¿Cómo es ser cuasi mafioso? ¿Es como ser un poco virgen? ¿Ligeramente muerto? ¿Bastante robado? Primero no lo entendí, después lo detesté: señora, detesté ese cuasi.Cuasi es una palabra particular –como lo son todas las palabras. Cuasi viene del lenguaje leguleyo, es lo que se solía llamar un latinajo, una palabra que marca diferencias entre los cultos y los incultos: usted podría haber dicho casi pero dijo cuasi, para hacer juego con la presentación que le hace el locutor: la doctora Cristina Fernández, todo eso.


Es su estilo: algunas referencias populares pero que nadie se olvide de que es una abogada, faltaba más. Me dirá que eso no importa m u cho, y yo le diré que es cierto, que cuasi no importa. Pero el tema es que usted no dijo cuasirrefleja, cuasi concluido, cuasimodo, cuasi cuasi: dijo cuasi mafioso, señora, lo llamó cuasi mafioso. Dijo algo muy pesado, y pensó que lo iba a aminorar con ese cuasi.Si tiene que decir algo, señora cuasi presidenta, ¿por qué no lo dice de verdad, haciéndose cargo? Porque al final igual lo dice, claro, todos lo escuchamos –porque a usted, cuando habla, todos debemos escucharla, al fin y al cabo por voluntad electoral usted tiene el micrófono más grande–, pero lo dice como si lo dijera un poco menos. Lo dice pero le dará miedito o vergüenza o vaya a saber qué y lo dice más o menos, lo cuasi dice.Y me da la impresión de que ahí hay una clave.


Así hablan muchos argentinos, y así funciona mucho en su gobierno. No quieren decir lo que quieren decir o quieren decir lo que no quieren decir o tienen miedo de que no los entiendan o tienen miedo de que l os entiendan y entonces cuasi dicen. Pero lo peor es que cuasi hacen: hacen pero no terminan de hacer, o hacen distinto.A veces me cuasi gusta lo que usted cuasi dice, señora. Cuando dice que va a redistribuir, por ejemplo. Pero cuando dice que estas medidas económicas que le trajeron tantos problemas son redistributivas, ¿no debería decir cuasi redistributivas? Digo, porque hasta ahora se ve que, de la supuesta redistribución, ustedes hacen o intentan hacer la primera parte, recaudar el dinero; todos le creeríamos mucho más –o cuasi le creeríamos– si viéramos más clara la segunda parte: que usen ese dinero para cumplir con las necesidades urgentes de tantos argentinos, en lugar de sentarse encima y acumular poderes.Pero no hablábamos de eso, hablábamos de cuasi.


Usted acusó al Menchi Sábat de haberle mandado un mensaje cuasi mafioso. ¿O será que acusó a Clarín? Si quiere pelearse con uno de los mayores grupos monopólicos de la patria, q ue maneja como pocos las ideas e ideologías de los argentinos, señora cuasi, avise y vamos todos. Pero no parece, porque con ellos hace negocios, les ofrece prebendas. Así que el cuasi mafioso será Sábat, y entonces no: no nos toque al Menchi, mire vea, uno de los tipos más íntegros y respetados y queridos que hay en este país. Se equivocó, señora cuasi: se cuasi metió con el que no debía. Y hubiera sido más digno si, por lo menos, se hubiera metido de frente, sin el cuasi.


Cuasi respetuosamente,M.C.