Apaleado por la discusión marital, el tipo se desploma en una silla en la cocina. Cansado de tomar carrera para volver a empezar y llevarse todas las vallas puestas. Resuella bronca y resentimiento. La copa de aceptable Finca el Portillo, y su perro preferido a sus pies le van devolviendo , sino tranquilidad, al menos una suerte de rutina...
Toma el remoto. Enciende y pasea, y de repente sonríe. Cree haberla visto en el SHA. Hay cosas que valen la pena, a pesar de todo